Al Dr. Eduardo Varela
Hamui (In Memoriam)
Estoy inmerso en una pesadilla. Sudo intensamente y
me sacudo por los calosfríos. Tengo fiebre, alta. No me gusta ni quiero estar
enfermo, pero me gusta tener fiebre. La fiebre me produce pesadillas y las
pesadillas me divierten.
Sueño la voz de Pablo
que me habla del superhombre y del cosmos, del Irdim y de quienes lo hablan; de
mecánica cuántica, de los siete psicobiogeneradores y la conducta. Todo lo que
escucho me interesa, pero estoy bloqueado por cuarenta grados centígrados.
Existen mentes superiores entre nosotros; cuartas y quintas dimensiones que
allegan información a algunos grupos. Pablo habla del éter que forma parte de
lo tangible y ponderable, que ocupa, como cosa, un lugar en el espacio. El éter se aglomera y forma puntos cesna. Él,
el éter que yo ignoraba, es la constante de fuerza gravitatoria inerte
existente en el cosmos. Luego vienen los carpines y las plantas de carpines,
los megacarpines y las miríadas, niveles subatómicos incomprensibles.
Tetraedros y dodecaedros, geometría infinita. Ramas mayores y menores que las
menores, siete tipos de energía, líneas fasténicas, cámaras alfa con dos o seis
o doce mertaneros o marsines y al último pero no por último los partones o la
esencia.
Despierto fresco y me
baño. Pablo estuvo aquí, no todo fue sueño. En el espejo hay un mensaje de su
puño y letra: El infinito es un punto
cesna de lucidez. Llamo a María y le pregunto si Pablo me visito anoche. Se
extraña y responde que sí, que estuvimos platicando muchas cosas, que hablamos
de maestros extraños y de nuevas formas de energía y de mirar el cuerpo humano.
Me recuesto, me
abstraigo y pienso o sueño. Escucho palabras de Pablos que, a diferencia mía,
miraron y hablaron ya con Cristo o que creyeron verlo y hablarle cuando se toparon
con un humano diferente. Su ciencia está en el medio, en un conciliatorio
equilibrio de cargas y descargas, en la limpieza armónica de sólenes mediante recodificadores
genéticos. La información llega del cosmos, que es interior y es todo.
Ricardo Perera Merino.